Autodefensa con Spray Pimienta


■ ¿QUÉ ES?

El gas pimienta, también conocido como gas anti-supremacistas homófobos o antiviolación, es la herramienta de autodefensa legal más usada que ninguna otra. Es un compuesto químico creado a partir de la oleoresina de capsicum (OC), un aceite que se encuentra en muchos tipos de pimientos picantes.


Entre éstos los más comunes son el pimiento de cayena y los chiles, que poseen esta oleorresina natural en grandes cantidades. Este aceite posee altos contenidos de la llamada capsaicina, la cual en el organismo provoca una fuerte irritación.

Si alguna vez has probado un pimiento picante de este tipo sabrás a lo que me refiero: una sensación de calor intenso, como si algo se estuviera quemando. Pues imagina esa sensación en ojos y mucosas nasales, y con esa sensación prolongada en el tiempo de la cual se hace difícil librarse en ocasiones incluso días.

Después de extraer la esencia de este aceite, se manipula y se mezcla con otros elementos como soluciones de agua y aceites. Se le añade un aerosol (spray) y así se hace posible su uso como gas lo que facilita que pueda dispararse hacia donde uno desea.

El compuesto se envasa en una pequeña ampolla metálica a presión que hace que se puedan transportar fácilmente en cualquier lugar, que el gas tenga un alcance mayor y que se pueda pulverizar en las cantidades que sean necesarias.

Existen tres modalidades en función del tipo de disparo del producto:

• Mediante una neblina: Se expulsa una neblina menos concentrada pero que cubre un área mayor, similar a la laca. El inconveniente es que tiene menos alcance y además le afecta el viento.

• Mediante una bruma: Se expulsa una bruma que funciona de forma similar a la neblina, similar al bote de cristasol. Tiene mayor rango de pulverización y certero al ser más espeso.

• Mediante un chorro: Se expulsa un pequeño chorro del líquido que concentra el mismo en dirección al lugar al que se dispara, aunque a veces controlar la eficacia del disparo puede ser algo difícil. El de chorro/gel es el más recomendado.

Se debe tener cuidado con los dos tipos de disparo primeros a la hora de usarlo en espacios cerrados, coche, ascensores, pasillos, puesto que reduciríamos al agresor pero nos afectaría también a nosotros. La versión chorro/gel, permite ser usado en lugares cerrados ya que se dispara en forma líquida directamente a la cara del agresor.

Comúnmente un aerosol de este tipo tiene un tamaño de entre 10 cm de largo y 2 cm de ancho. Se puede llevar fácilmente en el bolsillo de un pantalón y aunque puede tener el tamaño de una pequeña linterna led y parecer poco peligroso, utilizado correctamente puede tener efectos sorprendentes, detener a un peligroso agresor en segundos.



■ EFECTOS

Este gas en aerosol comenzó a utilizarse por la policía en la década de los 70 para inmovilizar agresores en disturbios y situaciones similares. Su uso se popularizó en distintas fuerzas de seguridad por su gran efectividad, y poco daño.

Una vez expuestos al gas pimienta, lo que hace en el cuerpo es provocar una profunda irritación, una sensación de picazón muy molesta y un ardor generalizado sobre todo en las vías respiratorias. Al ser disparado al rostro del agresor, ataca en los ojos, las cavidades nasales, la piel, la garganta y el sistema respiratorio.

Produce ceguera temporal, irritación de la piel y los ojos y una tos incesante. Al hacer contacto con los ojos, los labios, la lengua y las fosas nasales, el calor se produce instantáneamente, confundiendo al agresor.

Aunque aún no se sabe por completo cuáles pueden ser sus efectos a largo plazo si se repite la exposición, en algunas ocasiones excepcionales el gas pimienta ha causado la muerte. Y en otras, igual de excepcionales, bajo distintas condiciones, algunos agresores muestran una resistencia casi completa a este producto.

Cuando se ha expuesto al gas pimienta, es difícil liberarse de él, tan solo cabe esperar que los efectos desaparezcan por sí mismos. El echarse agua en la zona afectada, ojos, boca, nariz, no eliminan el químico. El único método que consigue al menos reducir los efectos es echarse leche, o algún otro líquido graso.

El uso del gas pimienta como herramienta en la policía y la autodefensa ha crecido considerablemente en los últimos 20 años. Desde aquí queremos fomentar y popularizar el uso de este gas en el colectivo gay para repeler agresiones homófobas o de otro tipo.



■ LEGALIDAD

En España es totalmente legal adquirir y portar un spray de defensa personal, sea en domicilio, coche o vía pública, pero para ello se ha de cumplir tres requisitos:

• El portador debe ser mayor de edad (18 años).

• El gas debe estar homologado.
Aunque es posible adquirir el gas por internet, recomendamos comprarlo en armerías, ya que te venden marcas y modelos homologados autorizados por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Si finalmente decides comprarlo por Internet asegúrate de que tenga como máximo el 10% de capsaicina (OC), una tasa mayor es ilegal. En la armería te tomarán nota del nombre y DNI, enhorabuena ahora formas parte del colectivo pro-armas.

• Y su uso debe estar justificado.
Si alguna vez te para la policía te recomiendo que lleves encima la factura de compra de la armería y bien visible la composición del bote y donde dice homologado por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Justifica su uso diciendo que es para repeler ataques de supremacistas homófobos o cualquier otro delicuente común.

Con respecto al número de unidades de sprays por persona, no hay normativa al respecto, yo recomiendo tener al menos una en casa y otra en el coche, que ésta última será la que llevemos en el bolsillo mientras estemos de cruising.

Existen muchas marcas y modelos, y con envases de distintos tamaños, formas o tipos de disparo. Además las composiciones de los químicos también los hay de varios tipos. El precio de una unidad es relativamente barato, ronda entre los 10 y 15 euros. Bastante asequible para la gente. Yo recomiendo Nidec Sabre Red, es un bote metálico pequeño de 22ml con cabezal de plástico, y pestillo de seguridad.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Así que aunque tener uno homologado y llevarlo encima es legal, su uso debe ser siempre para momentos de causa justificada: una agresión homófoba inminente, una amenaza de la integridad física. Si bien también podemos usarlo para repeler una agresión de cualquier otro tipo, o incluso evitar el ataque de un animal. Yo en 20 años solo lo he usado en dos ocasiones, a otros homófobos los he dejado pasar ya que no justificaba totalmente su uso.



■ FAMILIARÍZATE Y ENTRENA

A partir de ahora esta ampolla metálica de gas de defensa personal será tu fiel compañero. Es fundamental que lo lleves siempre en el mismo sitio: bolsillo del pantalón, camisa o colgado. En caso de necesidad tendrás pocos segundos de reacción y tienes que cogerlo en el menor tiempo posible sin dudar. Si te lo guardas cada día en sitios distintos, en momento de necesidad no lo encontrarás y será demasiado tarde.

Pero no basta con acostumbrarte a llevarlo siempre en el mismo sitio, tendrás que familiarizarte con el bote a ciegas.

Debes practicar a, sin mirar, meter la mano en el bolsillo, identificar al tacto la parte superior de disparo del bote, y activar o desactivar el pestillo de seguridad y saber hacia qué lado está la dirección de disparo. Todo sin mirar.



Debes entrenar cuantas veces sea necesario para mejorar tu propia marca. Lo que tienes que hacer es meterte en situación, visualizar un suceso violento o de agresión y entonces, sentir la obligación de usarlo. Echa la mano al bolsillo, localiza la cabeza del bote, desactiva el seguro, saca el bote, apunta al agresor con la dirección de disparo hacia él.

No deberías tardar más de un segundo en realizarlo. Debes ser rápido como un ninja, que cuando tu agresor llegue bien jodido al calabozo o a casa diga: ¿pero qué coño ha sido eso?

A nivel técnico conocer que el bote de gas pimienta de 22 ml. permite 6 disparos de un segundo cada uno y alcanza hasta 5 metros de distancia. Suelta un líquido inodoro e incoloro. El spray deja marcas en la piel del agresor detectables con luz ultravioleta hasta varios días después útil para identificar al agresor.

Aprieta con contundencia y convencido de que en segundos y cuando el spray alcance al asaltante, podrás escapar y solicitar ayuda. Es tu momento, no te puede perturbar la duda o el miedo, el pequeño guardaespaldas está ahí para defenderte. La ley está contigo, actúa.

Es bueno recordarte que estamos hablando e imaginando un caso serio y desagradable. Interiorizar la situación y entenderse capaz de utilizarlo para nuestra defensa, es un paso adelante. Debemos tener sangre fría, de militar, de policía.

Hay que prepararse para el momento y aprender a cómo moverte y reaccionar. Repito, reaccionar. Tu subconsciente debe formarse. Aunque estemos entre arbustos en pleno placer de pie mientras un tio nos la mama, aunque estemos follando, debemos estar al acecho por si algún indeseable se acerca con malas intenciones.

Imagina que intentan atacarte o robarte, trata de ponerte en situación. Eleva un brazo y grita pidiendo ayuda, esto servirá para distraer al agresor y ponerlo nervioso.

Sin más dilación, la mano que tienes libre debe de coger el gas pimienta de forma certera, no puedes detenerte a buscarlo. Anteriormente ya te habíamos aconsejado dejarlo en un lugar identificado y muy accesible antes de salir de casa.

Es el momento de “apretar el gatillo”.



■ USO REAL

Ha llegado el momento. Te ves en la necesidad de defenderte ante unos agresores. Ahora, te vamos a detallar los pasos para disparar el gas pimienta de manera certera y cómo actuar una vez tengamos reducido al agresor homófobo o común.



En caso de agresión inminente, grita lo más fuerte posible “socorro, policía, ayuda”, no pares de gritar hasta que hayas reducido al agresor no sientas pudor ni verguenza, esto alertará a los presentes que pueden servirte de testigos, y podrán ir llamando a la policía, además desconcertarás al agresor. Grita de forma agresiva, mantén una conducta desconcertante.

Métete en el papel de cómo reaccionaría un Motero de los Angeles del Infierno ante un pringao que lo intenta agredir, o cómo reaccionaría un Hooligan Inglés ante una agresión, pues así tienes que reaccionar tú. Los homófobos son pringaos, cobardes y desequilibrados que van a lo fácil, son comecoños, puedes con ellos y lo sabes.

Una vez hayas sacado el spray, estira el brazo ligeramente, sin estar al alcance del agresor, pero tampoco lo dejes muy cerca de tu cuerpo. Lo ideal es el brazo semiflexionado. Da igual a la distancia que esté el agresor, lo importante es que mantengamos el bote alejado de nosotros para que no nos impregne el gas.

Apunta a la cara del agresor, entre su nariz y el cuello. Confirma que no tengas el viento de cara.

Presiona el pulsador superior, sin dudar, y apriétalo con fuerza durante 5 / 10 segundos. En este momento debes moverte hacia un lado, no te quedes frente al atacante, este movimiento evitará que corra hacia ti y pueda agarrarte o si lleva algún objeto contundente pueda golpearte.

El agresor llevará sus manos a la cara con la intención de apaciguar los efectos del spray pimienta. No tengas compasión, mientras se retuerce de dolor y se frota ojos y garganta y grita, debes rociarlo por segunda vez desde tu nueva posición para poder estar más seguro de que lo has reducido y poder huir. Debes ver al homófobo como una cucaracha, y tu spray pimienta es su insecticida.

El gas necesita unos segundos para que haga su efecto máximo. La ceguera y el malestar general le durarán entre 15 / 30 minutos.

Si hay testigos que hayan presenciado la situación debes llamar a la policía y poner una denuncia. Evita agredirlo, inyectarle o contagiarle patógenos o infecciosos que puedas tener, en caso de juicio podría volverse en tu contra. En Justicia existe la Proporcionalidad de la agresión, que dice algo así como que toda agresión, incluso de defensa debe ser proporcional a la que se esperaba recibir.

Si no hay testigos y estás a solas con tu agresor homófobo deja volar tu imaginación, al fin y al cabo es un homófobo que pretendía matarte. Si antes de reducirlo te ha herido y sangras, depende de ti evitar contagiarlo o no. No es imputable, contagiar a un agresor que te ha herido y hecho sangrar durante el forcejeo.



■ REGULACIÓN DE LA LEGÍTIMA DEFENSA

¿Qué es la legítima defensa?

Se puede definir como la causa que justifica una conducta ilegal y que elimina la responsabilidad de su autor, si ha actuado en defensa de su persona o de derechos propios o ajenos (artículo 20.4 del Código Penal).


¿Qué consecuencias se derivan de la aplicación de la legítima defensa?

La característica fundamental es que no sólo excluye la pena de prisión o multa, sino que tampoco se hará frente a la indemnización de los daños y perjuicios causados. Y no sólo es válida para el autor, sino también para aquellos que le hayan ayudado o inducido.

Si no concurren todos los requisitos necesarios para que se pueda aplicar habría condena pero la pena se reduce considerablemente, puesto que se rebaja en uno o dos grados (artículos 21.1º y 68 del Código Penal).

Y puede llegar a aplicarse sólo como una atenuante del artículo 21.7º del Código Penal, es decir, como una circunstancia que disminuya la pena, en cuyo caso se aplica la pena más baja que corresponda al delito cometido (artículo 66.1.1ª CP).


¿Cuáles son los requisitos?

El primero de los requisitos es que debe haber una agresión ilegítima previa. Por agresión ilegitima debe entenderse todo ataque, inminente, real, directo, injusto, inmotivado e imprevisto (Sentencia del Tribunal Supremo 1766/1999, de 9 de diciembre), por lo que se entiende que debe ser intencionado, y no amparado en derecho.

Respecto al carácter de "inminente" se requiere que la legítima defensa se ejercite frente a una agresión actual. Por tanto, si ya ha sido consumada, la reacción posterior no cabe considerarla como una legítima defensa, sino como una venganza, como en los casos donde el agresor una vez consumada su agresión abandona el lugar del hecho, y la víctima le dispara por la espalda.

Y lo mismo si el hecho ha sido premeditado o planificado, en cuyo caso se excluye la legítima defensa.

La agresión deberá ser real, es decir que quien emplea legítima defensa lo debe hacer frente a una agresión que está ocurriendo, no respecto a una agresión que solo existe en su imaginación.

El segundo requisito es la necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión ilegítima.

Es racional cuando es adecuado para impedir o repeler la agresión. Significa que el agredido no puede acudir a otro medio que no sea el de defenderse para evitar el ataque del agresor y sus consecuencias.

El tercer requisito necesario para apreciar la legítima defensa es la falta de provocación suficiente por parte del que se defiende, es decir, aquella que al hombre medio le hubiera determinado una reacción agresiva. El Tribunal Supremo ha entendido que es provocación suficiente la que es adecuada a la reacción del provocado.

Y, por último debe concurrir siempre el ánimo defensivo, que implica la exigencia de que el que se defiende haya obrado conociendo las circunstancias de la agresión ilegítima de la que era objeto y con intención de defenderse.

En cuanto a la cuestión de si cabe hablar de legítima defensa en los casos en que fuera posible evitar la agresión mediante la huida, el Tribunal Supremo ha declarado que no es exigible al agredido que evite la agresión huyendo, excepto en aquellos casos donde la huida es posible, no vergonzante y con ello es seguro que no habrá agresión.